La salud bucal es mucho más que una sonrisa bonita y unos dientes blancos. Es el reflejo de nuestra salud, por lo que puede revelar síntomas de enfermedades en otros órganos.
El estrés, la diabetes y la hipertensión, junto con las infecciones bucales, están entre los principales factores de riesgo cardiovascular. Durante las últimas dos décadas se ha evidenciado científicamente la vinculación entre la periodontitis y las enfermedades cardiovasculares, dada la propagación de bacterias y gérmenes que van desde la boca hacia otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo.
Las enfermedades periodontales pueden afectar tu corazón por dos vías. La primera es una vía directa, en la que las bacterias pasan a la sangre a través de los tejidos ulcerados de las lesiones que provoca la periodontitis. Estas bacterias llegan al corazón, se adhieren y causan inflamación. Los pacientes con periodontitis presentan un 15% más de riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular o un accidente cerebrovascular, especialmente si han sufrido un evento previo.
La segunda vía es indirecta y está asociada a la inflamación sistémica generada en el organismo como parte de la respuesta del cuerpo a la presencia de las bacterias involucradas en la periodontitis. La inflamación sistémica promueve la formación de placas de ateroma en los vasos sanguíneos, que son la principal causa de los accidentes cardiovasculares.
La inflamación crónica que produce la enfermedad periodontal dificulta el control de los niveles de azúcar en la sangre, ya que reduce la acción de la insulina. A la vez, las personas con diagnóstico de diabetes son más propensas a padecer enfermedades de las encías, como consecuencia de la debilidad del sistema inmunológico.
Mantener unos hábitos correctos de higiene bucal es clave para todas las personas y, más aún, en aquellas con diabetes y predisposición a enfermedades cardiovasculares.