El sobrepeso y la obesidad son uno de los retos de salud pública más significativos del siglo XXI. Factores como la genética y el estilo de vida hasta las influencias sociales y ambientales contribuyen a estas condiciones, por lo que prestar atención a esos pequeños hábitos diarios para controlarlas —en el caso de quienes las padecen— o prevenirlas es clave.
Según la Organización Mundial de la Salud, 167 millones de personas en el mundo enfrentarán problemas de salud relacionados con el sobrepeso y la obesidad en 2025.
El sobrepeso es una acumulación excesiva de grasa que puede afectar la salud. Por su parte, a la obesidad, se suma que es una enfermedad crónica, es una enfermedad crónica que incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y otros problemas graves. Además, puede impactar la salud mental y dificultar actividades tan cotidianas como dormir bien, moverse con agilidad o realizar ejercicio.
En Ecopetrol, los datos al cierre de mayo de 2025 muestran un panorama que requiere atención inmediata:
34,5% de la población mayor de 12 años presenta sobrepeso (19.369 personas beneficiarias)
Esto significa que 1 de cada 2 personas afiliadas al sistema de salud de Ecopetrol tiene exceso de peso, lo que incrementa el riesgo de enfermedades crónicas.
Hay tres programas activos:
Obesidad: acompaña a quienes deciden bajar de peso de manera responsable y sostenible, promoviendo cambios integrales en la alimentación, la actividad física y el manejo emocional para lograr resultados duraderos.
Una herramienta práctica para conocer nuestro estado físico es el Índice de Masa Corporal (IMC), que se calcula así:
Por ejemplo, si pesas 70 kg y mides 1,75 m:
70 ÷ (1,75 × 1,75) = 22,86.
Interpretación del IMC:
La Organización Mundial de la Salud señala que estas condiciones son producto de un desequilibrio entre la energía que consumimos (alimentos y bebidas) y la que gastamos (actividad física y procesos del cuerpo). Entre los factores más comunes están:
Los riesgos no se limitan solo a afecciones del corazón o el control de la glicemia, pueden incluir enfermedades respiratorias, dolores articulares, depresión, baja autoestima, neurológicas y otras que se traducen en una importante reducción de la calidad de vida y la longevidad.
No existen soluciones mágicas, pero sí hábitos que pueden transformar tu vida:
Contar con el acompañamiento de profesionales —nutricionistas, psicólogos, médicos, entrenadores— ayuda a definir un plan seguro y adaptado a cada persona.
Importante: la pérdida de peso debe ser gradual. Ten presente que cada pequeño cambio en la rutina es un paso hacia una vida más plena.