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Vistazo a la estrella suramericana
Brasil: nueva potencia petrolera
Este año destronaría a México como segundo productor en Latinoamérica; y con el potencial de la denominada zona del Presal, podría llegar al ‘top diez’ mundial. Sin embargo, el sector petrolero está que arde por un polémico plan presentado por el gobierno para tener mayor control sobre las reservas.
Por Pedro Felipe Rodríguez
H asta hace ocho años Brasil era un país que
no alcanzaba a producir más del 85% del
petróleo que requería su consumo interno.
Una cifra que, según la Agencia Nacional de
Petróleos (ANP) de ese país, representaba
casi 1.500.000 barriles por día. Ahora, ocho
años después, produce más de 2.200.000 barriles y se prepara
para desplazar a México como el segundo productor
de petróleo de Latinoamérica.
En ese escenario, Petrobras juega un papel fundamental,
pues la compañía es responsable de más del 99% del
total de la producción del país suramericano. Compañías
como British Gas, Statoil, Shell y otras empresas privadas
no alcanzan en conjunto a producir más de 60 mil
barriles por día.
“Parte del incremento en el nivel de producción de la empresa
brasileña se ha debido a los éxitos exploratorios que ha
tenido en los últimos cinco años”, explicó Enrique Velásquez,
gerente de Exploración Internacional de Ecopetrol. La empresa
ha logrado tener la envidiable tasa de 75% de éxito
exploratorio en los últimos siete años. “Una cifra nada despreciable
cuando en el mundo ese valor no supera en promedio
el 25%”, comenta Velásquez.
Uno de sus mayores aciertos ha sido el yacimiento Carioca,
el cual cuenta con un estimado de reservas del orden de 33
mil millones de barriles de crudo, según reportó la ANP en
2008. Como orden de magnitud, los más grandes descubrimientos
de Colombia no han llegado a los 2.000 millones
de barriles de reservas.
Carioca está ubicado en aguas profundas en la zona conocida
como Presal, en la Cuenca de Santos, en el estado de
Rio de Janeiro (ver recuadro). Parte del éxito exploratorio
de Brasil al frente de sus costas es que se atrevió a perforar
bajo la capa de sal. “Ahí se rompió un paradigma. En el
Presal es donde están los grandes yacimientos de Brasil”,
puntualiza Velásquez.
La zona del Presal, según cálculos de expertos en la industria,
podría contener más de 80 mil millones de barriles
de reservas y podría poner a Brasil dentro de los diez
primeros países productores de petróleo antes de 2015.
Los ingresos que se podrían derivar de esa situación llenan
de esperanzas tanto al gobierno federal, como a las
gobernaciones locales, las empresas privadas y, por supuesto,
a Petrobras.

Más control sobre las reservas
Ante esa inmensa posibilidad de recursos, hacia finales de
2009 el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva presentó ante
el Congreso de su país un paquete de acciones orientado a
intervenir la industria petrolera nacional.
Parte de las medidas indican que Petrobras sea la única
firma que opere en todos los yacimientos de la zona del
Presal o, en caso de asociarse con una compañía nacional
o extranjera en algún bloque, la estatal petrolera (se denomina
así por ser controlada por el Estado) tendría una
participación de al menos el 30%.
Adicionalmente, el gobierno brasileño sugiere la creación
de una nueva empresa pública para representar al Estado y fiscalizar la ejecución de los contratos, que se llamaría Petrosal.
La organización funcionaría a la par con la ANP (la equivalente
a la Agencia Nacional de Hidrocarburos colombiana).
La reforma plantea además un plan de capitalización
de Petrobras en una suma equivalente a 5.000 millones
de barriles de petróleo. Según Edson Lobão, ministro de
Energía de Brasil, “la capitalización de la firma será necesaria,
pues la exploración y explotación de los recursos
del Presal demandará fuertes inversiones”. Esos recursos
están calculados en cerca de US$210 mil millones para la
próxima década.
Futuro incierto
Alrededor de todas estas reformas, el tema que más preocupa
a los inversionistas es el acceso a zonas para explorar
en búsqueda de hidrocarburos. “La nueva ley la
podemos ver como una amenaza para los inversionistas
extranjeros, no sólo porque se crearía otra empresa estatal
para aumentar posición y control, sino que los términos
fiscales serían más duros y aumentaría el costo de explorar
y desarrollar descubrimientos en el Presal”, afirma
Alberto Tovar, gerente de Nuevos Negocios de Exploración
y Producción de Ecopetrol.
Otros actores involucrados en este tema, como los gobernadores
de Rio de Janeiro, São Paulo y Espirito Santo
(los tres estados que generan la mayor producción de petróleo
del país), también ven afectados sus intereses y se
oponen al plan fundamentalmente porque no les ofrece a
las entidades territoriales, en cuyo subsuelo está el crudo,
una mayor participación en la renta petrolera.
Lula se ha defendido de estas críticas al afirmar que su
principal propósito es usar las ganancias estatales para
crear un fondo de reducción de pobreza: “Brasil necesita
un nuevo marco regulatorio para que la empresa estatal
Petrobras se fortalezca, para que el Estado pueda ser dueño
del petróleo, para que podamos crear un fondo para mejorar
la vida del pueblo”, dijo hacia finales de 2009 en su
programa radial “Café con el Presidente”.
Esta discusión previa a las elecciones de octubre ha calentado
el debate electoral entre los dos grandes jugadores
de la política carioca: el Partido de los Trabajadores y el
Partido de la Social Democracia Brasileña. Aun así, distintos
sectores de la opinión brasileña estiman que el Senado
apoyará la petición de Lula. Entre junio y julio de este año se
sabrá qué decisiones toma el Congreso respecto al plan.
Sin embargo, aunque Brasil esté pensando en ajustar sus
condiciones para los proyectos del Presal, “el potencial del país,
incluso en otras áreas, tiene el atractivo suficiente para continuar
buscando oportunidades e invertir”, afirma Tovar.
Lo que resta ver es qué tanto juego le puede dar, ya sobre
el terreno, el gobierno de Lula a la estatal brasilera
en el desarrollo del Presal y de otras interesantes zonas
para las compañías petroleras de todo el mundo. Por su
volumen y localización, esas reservas seguramente demandarán
altos niveles de inversión y nuevas tecnologías.
El tiempo podría demostrarle que con ayuda todo
puede ser más fácil. La reforma planteada por el gobierno brasileño
incluye la capitalización de Petrobras en una suma
equivalente a 5 mil millones de barriles de petróleo.

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El Presal
Ciento cincuenta kilómetros al frente de las costas
del estado de Rio de Janeiro se encuentra la zona del
Presal. Una vasta zona del litoral Atlántico que se extiende
sobre una franja de 800 kilómetros de largo por
200 de ancho. Sus profundidades varían entre 5.000
y 7.000 metros bajo capas salinas con altas temperaturas
y un espesor que va desde los 300 hasta los
2.000 metros.
Está conformada por las cuencas de Santos, Campos
y Espirito Santo. Los más grandes descubrimientos que
se han hecho allí son Tupí (2007), con un potencial de
8.000 millones de barriles de hidrocarburos, y Carioca
(2008), con 33 mil millones de barriles estimados.
Muy pocas empresas se habían atrevido a perforar
más profundo en la frontera geológica del Presal,
que antes de los recientes descubrimientos se ubicaba
por encima de la densa capa salina mencionada
anteriormente. La razón es tecnológica: la sal absorbe
la energía, por eso no era posible obtener registros
sísmicos; pero las técnicas de geofísica han avanzado
a tal punto que ya es posible obtener mejores imágenes
bajo la sal. Y, según explicó Velásquez, eso fue
lo que le permitió a Petrobras aumentar sus posibilidades
de éxito buscando hidrocarburos, sobre todo en
la cuenca de Santos.
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